Noche de Luna:
Era una noche como todas, el calor no me dejaba
dormir, decidí asomarme por la ventana y mirar hacia la calle, se cruzo un gato me miro, lo mire fijamente y salió corriendo, vi pasar los autos, con lo que me gusta mirar las ruedas girar, cuando vi que se encendió la luz de la cocina… era Cristian, me acerque, y dijo: “¿no puedes dormir?” Me acaricio, le lamí la mano en señal de respuesta, me dio un trozo de jamón, se fue a dormir, lo seguí y cuando me acosté, me di cuenta que comenzaba a amanecer en Santiago.
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